Actualmente el estado de la nutrición está lejos de ser satisfactorio. De acuerdo a los números de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas, 795 millones de personas pasan hambre; ya que no tienen acceso a la comida suficiente para satisfacer los requisitos diarios mínimos de calorías. Sin embargo, es difícil determinar esta cifra con exactitud, ya que no se incluye a quienes en algún momento no logran alcanzarlo, pero que cubren el promedio mínimo anual de calorías, por lo que las cifras reales pudieran llegar a ascender unos 1000 millones. Pero sin duda, resulta más difícil aún estimar la cifra de personas que no consumen los nutrientes suficientes, pero en ese caso es posible que la cifra alcance entre los dos mil o los tres mil millones.
Existe la paradoja que al menos dos millones de personas ingieren calorías en exceso, y que de igual manera tienen deficiencias nutricionales. Las deficiencias corresponden a falta de vitamina A, hierro, yodo y zinc. Por malnutrición se entiende alimentación escasa, pero en realidad significa una alimentación de mala calidad.
Lo que ocurre con la malnutrición es que persiste la negativa a reconocer que una persona malnutrida no significa que es aquella que pasa hambre, sino que también se incluye en esta categoría a las personas que no consumen los suficientes nutrientes o aquellas que ingieren demasiadas calorías, lo que muchas veces dificulta abordar el problema de manera integral.
Sin duda, es fundamental aumentar el suministro de alimentos para las personas que pasan hambre, y casi todos los países del mundo afrontan el problema desde la escasez de alimentos nutritivos, pero no podemos olvidar los casos del alto consumo de alimentos hipercalóricos, ya que se exponen también los individuos a un problema de salud, en especial aquellos que consumen altos contenidos en grasas solidas o azucares añadidos. La realidad es la mitad de los habitantes del mundo encajan en estas dos categorías.
Esther R.